La Corte Constitucional de Ecuador declaró la semana pasada que la empresa Furukawa mantuvo en condiciones de esclavitud a trabajadores y le ordenó el pago de 120.000 dólares a cada víctima.
Algunas mujeres dieron a luz a sus hijos en insalubres y hacinados campamentos, y los criaron sin luz ni agua potable. Otras personas resultaron mutiladas en accidentes laborales y nueve murieron esperando justicia.
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